martes, 5 de junio de 2012

Polémico Puente sobre Laguna Garzón


Rafael Viñoly, reconocido arquitecto uruguayo, quien construyó el aeropuerto internacional de Carrasco y ha realizado importantes obras en diversos países, presentó el día 6 de junio, en el Ministerio de Transporte, su proyecto para unir los departamentos de Maldonado y Rocha a través de la laguna Garzón: sería un puente realizado sobre 22 balsas flotantes de madera de la zona con flotadores de fibra de vidrio y aluminio unidas por un sistema eléctrico. El novedoso sitema permiten, a la vez, cambiar el diseño del puente con al menos tres opciones, según la necesidad o preferencia de los lugareños.
Su costo rondará los US$ 3,8 millones y se estima que en ocho meses podría estar pronto.
A los efectos, podrá llevar automóviles de un lado al otro de la laguna, y contará de carriles peatonales con asientos y barandas.

Viñoly se había pronunciado en contra de la construcción de un puente sobre la laguna Garzón, y por eso diseñó un proyecto que, según dijo, "minimiza el impacto ambiental y visual" y formaría "parte" de la laguna, ofrece "las mismas condiciones de seguridad y estabilidad" que una estructura de hormigón aunque implicaría "una experiencia de cruce muy distinta". Destacó, además, que no hay modelos similares en el mundo.

De este modo se resolvería la polémica en torno a si es conveniente o no un puente sobre la laguna Garzón, aspecto que ha generado discusiones en el gobierno, principalmente entre el Ministerio de Transporte y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) del Ministerio de Vivienda.
En la presentación del proyecto estuvieron presentes el titular de esa cartera, Enrique Pintado, la ministra de Turismo, Liliam Kechichian y la titular de Vivienda, hasta ese momento, Graciela Muslera.
Críticas del Inversor
Eduardo Costantini, quien posee una inversión inmobiliaria al otro lado del polémico puente y quien financiará el mismo, cuestionó el proyecto presentado por el gobierno, entiende que no es práctico, está expuesto al clima y su mantenimiento puede ser más complejo y más caro de lo previsto.
Así, advierte sobre el riesgo que implica: 
·         Se bloquea el paso de un lado al otro para las embarcaciones, pondría "una barrera dividiendo la laguna en dos".
·         El proyecto no contempla el efecto que el agua y el viento pueden tener sobre la "superestructura de encadenamiento" que está planteada, en un sitio que es por demás ventoso.
·         Tampoco toma en cuenta el movimiento de la marea. No se menciona si obligará a obras de dragado, "porque si baja mucho la laguna y el pontón se apoya sobre la arena, qué pasa con los desniveles", dice Constantini.
·         Impacto ambiental: las figuras proyectadas está cerca de duplicar lo que es la distancia natural del cruce, que se ubica próximo a los 200 metros de largo.
·         Costo: Al inversor argentino le llamó la atención que ahora se hable de un costo cercano a los US$ 4 millones cuando en un comienzo él se había mostrado dispuesto a pagar un monto próximo a los US$ 2 millones. De todos modos, entendió que por las características de la obra que se manejan y lo complejo de los cabezales, el costo seguramente sobrepase lo que estima el gobierno. "Empezamos creyendo que iba a salir US$ 1.500.000 o US$ 2 millones, y creo que este sistema tiene un costo muy elevado", dijo Costantini. Además, hizo especial hincapié en preguntarse cuál sería el costo de mantener una estructura como la que sugiere el arquitecto Rafael Viñoly.
·         "El mantenimiento creo que es más complejo y más caro (...) hay que tener un equipo de gente para mantener esto y seamos sinceros, hoy el Estado uruguayo tiene para mantener una balsa y ni siquiera da el presupuesto para cambiar el motor", comentó el inversor. En verano se agrega una segunda balsa para realizar el cruce y la empresa de Costantini, Consultatio S. A., se encarga de pagar los gastos.

Fuentes:  El País - El Observador

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